lunes, 22 de febrero de 2010

Gaia también se rebela (1ª Parte)



Tragedia en Madeira. Los muertos superan la treintena, sin contar los desaparecidos, y las pérdidas económicas (capítulo éste más remarcado en muchos periódicos europeos que las vidas humanas) son cuantiosísimas. Y aún así, la pobre gente salía implorando al cielo y preguntándose, que qué han hecho ellos para merecer tal desdicha.


Ustedes nada, y todo. En el Estado español se recuerda ahora el camping de Viescas: un oscuro suceso en el que las aguas se tragaron todo un negocio con sus respectivos veraneantes. Pero los occidentales, como en casi todo, no nos rendimos. Seguiremos construyendo en medio de cursos naturales del agua. Seguiremos construyendo magnánimas ciudades sobre inestables fallas. Seguiremos construyendo complejos hoteleros en laderas con vistas al Mar, mientras talamos los árboles de las mismas. Seguiremos construyendo sobre el mismo Mar, convencidos de que Neptuno y Calipso eran invenciones paganas que nada pueden hacer contra nuestra grandilocuencia.

Seguiremos construyendo hasta que, una vez más, Gaia se rebele, y nos obligue a mirar al cielo, al este, o a nuestro interior, y roguemos para que la rebeldía no vaya a más.

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