lunes, 4 de febrero de 2013

Alimentando un monstruo muy peligroso

La pasada semana teniamos constancia que ciertos altos cargos han cobrado sobresueldos en negro... o aunque el señor Presidente del Gobierno lo niegue, algunos de ellos han declarado abiertamente que así ha sido. Y nos llevamos las manos a la cabeza. Perdonad pero... ¿Alguien esperaba otra cosa? Me refiero a si realmente alguien con un par de neuronas activas creía realmente que los sucesivos gobiernos del PSOE y PP no se han lucrado de manera "poco ética" a raíz de sus posiciones de poder.
 
Recordemos que no todas las maneras de enriquecerse estando en el poder son ilegales, pero todas ellas son deleznables, y sino miren dónde están la inmensa mayoría de ex-ministros y ex-secretarios de estado variados. Coinciden, en muchos casos, aquellos políticos que privatizaron empresas o servicios públicos y que ahoran "trabajan" alegremente como directivos en las mismas (Aznar y González, por no ir más lejos). Eso por no venirnos a lo local, y preguntarnos como un concejal de urbanismo de un Ayuntamiento como Barakaldo, el cual lleva como edil más de 30 años (que debería ser ilegal el mero hecho de estar más de dos legislaturas en un mismo puesto de representación), declara no tener ni coche, ni vivienda ni nada que suponga un mínimo patrimonio inmobiliario.
 
Con los sobres de dinero negro se nos escandalizan los tertulianos "¿Pero cómo van a cobrar sobresueldos en dinero negro? ¡es un escándalo!" Perdonen mi mala idea, señores y señoras tertulianos, pero no hay que ser demasiado inteligente para saber que el verdadero escándalo es de dónde salió ese dinero que esta gentuza cobraba. Los poderosos medios nos dan los datos con cuentagotas (FCC, Mercadona...) pero seguramente sabrán a ciencia cierta que no eran los únicos, y que esas cantidades eran mucho mayores. Todos sabemos, a día de hoy, que el verdadero escándalo es que tanto PP como PSOE (o por lo menos algunas de sus gentes) han desmantelado y empobrecido medio Estado en aras de su beneficio personal y el de sus amigotes. Pero no me digáis que no os lo esparábais, por que la superexitosa Transición española, la misma que nos venden como un éxito de la democracia, no ha sido más que una nueva restauración, tan podrida o más que la que se vivió en este fantástico país a finales del XIX y principios del XX. La Transición española, como ya he dicho en otras ocasiones, ha sido una transición de dictadura a oligarquía donde la democracia ha sido habilmente controlada por medio de un sistema electoral tramposo y unos medios de comunicación al servicio de los intereses privados.
 
Pero algo huele a podrido cuando, de pronto, desde la derecha mediática y el imperialista grupo PRISA se apresuran a empozoñar un gobierno que hace casi todo lo que pide la oligarquía. Y es que hay una última cosa que se les escapa de las manos. Y es que, por mucha mayoría absoluta que tenga el PP, sus políticas de privatizaciones lo están dejando caer en barrena en intención de voto, y las calles cada día hierven un poco más, mientras el PSOE se dedica a hacer una oposición lamentable, sin levantar la voz demasiado, no vaya a ser que perdamos el favor de nuestros dueños, pues hace más de 30 años que esta formación decidió ponerse al servicio de los poderosos y dejar su socialismo solamente para las siglas.
 
Lo que se les escapa es que la ciudadanía puede derrocar democraticamente a este gobierno en la calle. Algo huele a podrido cuando el infame "La Gaceta" y "El País" arremeten por igual a un gobierno liberal. Recordemos que en breve nos visitará don Draghi y su cúpula de fantasmagóricos mafiosos. Los medios de comunicación derechosos e imperialistas estan preparando el terreno para la instauración de un gobierno ultraliberal de "tecnócratas", que bajo la carta blanca de "no ser políticos" puedan acabar de desmantelar lo que queda de estado de bienestar.
 
La ciudadanía no se puede dejar engañar por esta treta que se lleva desarrollando durante los últimos dos años. Claro que existe corrupción en la política española, y esta debe ser erradicada de raíz, pero no se puede caer en la trampa de generalizar y acabar odiando "la política" como método de gobernanza y confrontación de ideales. Si hay una frase que cada vez escucho más y me casa verdero pavor es la de "la política apesta y los políticos son todos unos ladrones".
 
Finalmente nos econtramos ante una encrucijada clave: o formateámos este sistema oligárquico disfrazado de democracia y construímos una verdadera democracia, con límites en los cargos públicos, sueldos dignos pero moderados, una ley electoral justa, sistemas de participación ciudadana que haga que todos cuenten en política... en definitiva, o nos ponemos todos a hacer política, o caemos en su trampa de "la política apesta" y lo dejamos en manos de gente que ni siquiera se ha presentado a unas elecciones, que sirve a unos claros intereses privados, y cuyo único fin es hacer negocio de la vida de los demás.
 
Es responsabilidad de todos y todas el hacer política de verdad, o dejaremos que unos pocos hagan de nuestras vidas un negocio.

2 comentarios:

  1. Amén con casi todo menos lo de la calle, la calle tiene q ser un lugar de divulgación, pero al poder se llega a través de las urnas.

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  2. Hola Andoni. Permiteme que recele del actual sistema de elección: una Ley D'Hont que premia a los partidos mayoritarios, unos medios de comunicación dominados por intereses privados a los que obedecen estos partidos, un aparato legislativo bicameral que no representa ni los territorios ni la población fielmente... Aún así, creo que el proceso debería venir impulsado desde la calle, y se plasmará en un proceso constituyente donde, lógicamente, debe haber elecciones.

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