La voz entrecortada de Carmen Chacón, ministra de defensa, anunciando que retiraba su candidatura a suceder a ZP nos sorprendía la pasada semana. Por las formas de la misma, por su puesta en escena, se podría concluir que ha sido una decisión impuesta; los primeros minutos de comparecencia, en los que la ministra por poco se echa a llorar, son la muestra perfecta de que se le ha impuesto la "retirada". Y sobre todo, el mensaje que Chacón dejó caer como quien no quiere la cosa: "Pretendía devolver las señas de identidad de la socialdemocracia..."
Ayer, en cambio, los falsimedia nos bombardeaban con la imagen de Rubalcaba siendo arropado por los socialistas. Como si de una elección por aclamación se tratase. Lo zafio de todo este proceso nos deja a la izquierda transformadora la vía libre para desangrar al PSOE.
Cuando Zapatero llegó a la secretaría general del PSOE, lo hacía venciendo a José Bono en unas primarias; esto es, venciendo al sector derechoso, felipista y rancio del "socialismo" español. Pronto se encontró con unas elecciones que le regalaron desde la chapuza comunicacional del PP, con los atentados del 11-M. Se las regalaron. Ellos decían que se debía al éxito de la oposición tranquila, aquella oposición que firmó el pacto antiterrorista, que decía amén a todas las decisiones del PP aznariano, y que no fue capaz de hacer presión sobre el gobierno popular ni cuando las costas de medio estado se tíñeron de negro.
Aquel primer gobierno Zapatero adoptó ciertas medidas progresista, a sabiendas de que mucho voto procedía desde la izquierda, y en gran medida, estas políticas junto con la nefasta oposición tanto del PP como de la IU de entonces, le llevó hasta su segundo mandato, el de la crisis.
Con la crisis hemos tenido la oportunidad de observar hasta donde llegaban sus políticas de "izquierdas". Plegándose a los deseos del FMI, BM y demás maquinaria capitalista, ZP agachó las orejas y aplicó reformas dignas de Tatcher o Reagan; si repasamos la lista de propuestas vertidas por la FAES (la fábrica de hacer ideas de Aznar) al principio de la crisis, veremos que aquellos siete puntos han sido aplicados al pie de la letra: flexibilización del despido, restraso de la edad de jubilación, rescate a los derrochadores bancos con dinero público... Y, mientras tanto, el PP sentado en sus escaños, sin hacer una sola propuesta, y esperando a la caída de ZP, seguramente, por que es él el que está aplicando las recetas peperas.
Ahora, cuando Chacón se perfilaba como el giro "levemente" a la izquierda del socialismo español, los jerifaltes derechosos y apoltronados del PSOE histórico la ordenan que se eche a un lado. Rubalcaba representa el sector duro del socialismo. Como bien dijo Zapatero, los adversarios le respetan, por que no está muy lejos de sus propuestas, y otros le temen, por que no olvidemos que este "señor" representa, junto al señor X González, a los años de plomo de los GAL.
Por eso decía que nos lo han dejado en bandeja a la izquierda transformadora. Con Rubalcaba el discurso del voto útil no debe funcionar, ya que representa al mismo sector que pacta las políticas neoliberales con el PP, los bancos y el FMI. No es que sea más zapaterísmo, es que es aún más derechoso. En este sentido, Izquierda Unida debe liderar el cambio político d elas izquierdas en este país, aglutinando los efuerzos de todas las organizaciones y partidos de izquierda transformadora. Cayo Lara ha saldado sus primeras elecciones como secretario general con unas subida de 500.000 votos desde las generales y, aunque sea un buen dato, debe ser mayor. Ahora comienza la carrera por desbancar al PSOE, de concienciar al votante de izquierdas de que el PSOE le ha traicionado, de concienciar a la clase obrera de que el PSOE le ha vendido al gran capital, de concienciar a los indignados de que IU es el camino para dinamitar este caduco sistema por dentro. Ha llegado la hora de que IU de un paso adelante y, sobre todo, de no mirar atrás. Discurso hay, y contexto también.
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